Se cierra, y de la mejor manera, un ciclo que será recordado por siempre por los hinchas del Club del Parque Independencia de Rosario. La última imagen, la del plantel festejando junto a su técnico, quedará grabada en las retinas de todos los "leprosos". Pero ¿qué tiene este Newell's campeón que es despedido con aplausos por la platea de Rafaela? ¿Por qué el equipo de Gerardo Martino recibió elogios de entrenadores, jugadores, dirigentes y hasta de casi todos los hinchas de otros clubes?
Tal vez la explicación esté en el hecho de que ese plantel hace un año y medio peleó para salir del descenso y desde entonces no dejó de crecer hasta ceñirse la corona del Final. Porque al influjo de los conceptos tácticos y al sentido de pertenencia las respuestas futbolísticas no tardaron en llegar. Y a ellas se sumó la llegada de jugadores formados en el Parque como "Maxi" Rodríguez,
Heinze y Scocco quienes dejaron su presente europeo para ayudar a su club seducidos por la propuesta del "Tata". Todos apostaron su prestigio. Y ganaron. Quizá porque con la paciencia de un alquimista Martino fue dándole forma a un sueño que se convirtió en realidad. Y Newell's se animó a recuperar su identidad. A ser Newell's.
Me saco el sombrero ante los Martino boys que se animaron a perseguir una utopía y a hacerla realidad jugando un fútbol asociado, desde el arquero, hilvanando con toques y cambios de frente su fútbol al rival de turno. No es el equipo lujoso del "Piojo" Yudica, ni el de la explosión del juego de los del "Loco" Bielsa. Éste lleva la impronta del juego del "Tata": orden táctico, paciencia y efectividad. "Dirigí en un Mundial y a Newell's. No hay más sueños" afirmó Martino. Yo, si me lo permite maestro, todavía tengo uno: que usted vuelva a ser el DT. Hoy que disfruto este presente soñado del Dream Team "leproso" 2013. ¡Vamos Ñubels, que hoy la fiesta está en el Parque!